° La película forma parte de la Selección Michoacana del Festival de Cine de Morelia 2019
Morelia, Michoacán a 24 de octubre de 2019.- Ayer miércoles por la noche fue la última proyección del largometraje Kuri, somos fuego, que combina animación, documental y escenas de ficción donde participa la personificación de Kurikaveri dios del fuego, para relatarnos la esencia de los pueblos purépechas de Michoacán por defender su autonomía y costumbres.
Haciendo una comparación sobre el movimiento de los chalecos amarillos en Francia para buscar por medio de protestas y marchas masivas lograron detener el alza del precio de combustibles como gas y diesel y en cambio en Michoacán, en los acontecimientos que se han dado en diferentes pueblos indígenas donde se queman camiones de empresas transnacionales, en cambio y sin mencionarse en el largometraje, nos recuerda que los medios de comunicación masiva han denostado una campaña mediática en su contra cuando los hechos han ocurrido cuando pobladores son orillados a realizar acciones para que las autoridades escuchen sus demandas.
Kuri, nos muestra como el fuego tiene un significado de convivencia entre los pueblos indígenas, el elemento fuego representa fiesta, relajo, tradiciones ancestrales como el juego de pelota y la noche de muertos, pero también representa la lucha que se lleva en el interior como ser humano y que al día de hoy se utiliza para levantar la voz.
Con un recorrido por las comunidades de Arantepakua, Cherán o Nahuatzen por medio de tomas aéreas, entrevistas con sus ciudadanos y un recuento de la historia reciente marcada por luchas que buscan la autonomía de sus pueblos, la película deja intrigados a sus espectadores y sentados a su butaca gracias a una trama llamativa y fluida, combinando diferentes géneros cinematográficos que dejan a su término una sensación de alegría y esperanza.
Kuri, somos fuego forma parte de la Selección Michoacana del Festival de Cine de Morelia en su edición 2019 y que fue proyectada un total de 4 veces. Cuenta con la dirección de Fernando Llanos y el guion del mismo junto con Jessica Herreman. Cuenta con la fotografía de Juan Estrada Serafín
