Columna de opinión de Gerardo A. Herrera Pérez
Hoy tuve la oportunidad de intersujetivizar sobre el tema de la Ecoformación, anclado a los contenidos educativos del Texto Recensión de la obra, de Torres, S., en las reflexiones se concluyen algunas cuestiones en el cómo entender la Ecoformación:
La ecoformación requiere de desmontar las ideologías etnocentricas y androcéntricas que someten, controlan y disciplinan los cuerpos frente a una homogenidad y subjetividad que determinan lo normal y lo anormal.
Por ello, la ecoformación, plantea el crecimiento interior a partir de la interacción multisensorial con el medio humano (social y humano) y natural (medioambiental), de forma armónica, integradora y axiológica (los valores), bajo un enfoque de complementariedad.
La ecoformación propone ir más allá del individualismo (del yo), del cognitivismo (no solo incorporar el conocimiento, sino la experiencia, la sabiduría) y utilitarismo del conocimiento (a favor de unos cuentos, en lugar de lo social), porque ello permite fortalecer los valores sociales.
La importancia de la ecoformación parte del reconocimiento de las diferencias y avanzar y en el respeto a la naturaleza (ecología, y en ello la biodiversidad, el medio ambiente, la vida), tomando en consideración a los otros (alteridad, lo relacional, la otredad) y trascendiendo la realidad sensible (transpersonalidad, la interpretación que yo hago frente a los demás y la apropiación y conocimiento de esas interpretaciones).
La ecoformación fomenta la cooperación y entornos colaborativos frente a la competitividad (aquello que es la meritocracia, e ideologías y valores individuales), crea “escenarios” de intercambio y diálogo (lo dialógico), propicia ambientes agradables de trabajo y estrategias dinámicas, flexibles, retadoras, como los entornos virtuales que tanto atraen y motivan a los jóvenes (Tic´s, tecnologías de la información y comunicación).
Estamos hablando de: